La búsqueda de la innovación y el orden natural de las cosas

La verdadera innovación prospera cuando las empresas equilibran la eficiencia a corto plazo con la visión a largo plazo. Los esfuerzos sistemáticos y colectivos, y no los destellos de genialidad, impulsan cambios significativos que garantizan que las empresas evolucionen en lugar de estancarse.



En las empresas, la innovación es uno de esos temas en los que el discurso y la práctica suelen presentar discrepancias. Todos afirman fomentarla y muchos juran en el altar corporativo que forma parte de la cultura de la empresa. Pero en las trincheras de las operaciones cotidianas, la avalancha de exigencias a corto plazo impone la búsqueda de fórmulas prefabricadas, por miedo a los cambios y por una supuesta garantía de eficacia probada.

El problema es que hay más de una historia aleccionadora sobre empresas líderes en sus sectores que desaparecieron aferrándose a sus productos de eficacia probada. ¿Significa esto que existe una oposición entre innovación y eficiencia? Por el contrario, estas cualidades están entrelazadas, y la primera está directamente al servicio de la segunda. Sin embargo, en muchas empresas, la eficiencia alcanzada conduce a procesos tan rígidos que, irónicamente, impiden un entorno de innovación.

Elautor de La guía del autoestopista galáctico, Douglas Adams (1952-2001), tenía una gran visión sobre la tecnología que publicó en su libro póstumo, una recopilación de artículos titulada El salmón de la duda. En esta obra, el escritor inglés habla sobre las reacciones humanas ante la innovación y muestra cómo, a medida que envejecemos, nos sentimos incómodos con los cambios:

  1. Todo lo que existe en el mundo cuando naces es normal y corriente, y forma parte natural del funcionamiento del mundo.

  2. Todo lo que se inventa entre los 15 y los 35 años es nuevo, emocionante y revolucionario, y probablemente puedas dedicarte a ello profesionalmente.

  3. Todo lo que se inventa después de los 35 años va en contra del orden natural de las cosas.

Bromas aparte, diría que las empresas que entienden la eficiencia actual como la única medida del futuro están considerando lo nuevo como algo contrario al orden natural del mundo. Y esto puede tener un alto coste.

Innovación sistemática frente a visión idealizada

Patrono de la gestión empresarial moderna y más relevante que nunca, Peter Drucker (1909-2005) dijo que «la base misma del espíritu empresarial es la práctica de la innovación sistemática». Esto significa una búsqueda deliberada y estructurada de cambios. En su libro Innovación y espíritu empresarial: práctica y principios, el austriaco presenta siete fuentes de innovación sistemática (y yo pongo ejemplos):

  1. Sucesos inesperados — Acontecimientos imprevistos

    Las propiedades del Viagra, probado originalmente como medicamento para el corazón.

  2. Incongruencias: algo ajeno a la lógica o al ritmo del proceso.

    El contenedor redujo considerablemente el tiempo y los costes de carga y descarga de la mercancía.

  3. Necesidades del proceso: mejora de las ineficiencias.

    Los centros de distribución instalados estratégicamente permitieron entregas más rápidas.

  4. Cambios en la industria y el mercado: oportunidades sin explorar

    Cambio de las plataformas físicas a las digitales en el consumo de contenidos (películas, música, etc.);

  5. Cambios demográficos: nuevas demandas

    Con el aumento de la longevidad, servicios y productos para las personas mayores;

  6. Cambios en la percepción — Tendencias sociales

    Las preocupaciones socioambientales de los consumidores con respecto a los productos y servicios.

  7. Nuevos conocimientos — Inventos revolucionarios

    Teniendo en cuenta los impactos, podemos decir que Internet entra en esta categoría, al igual que la IA.

Cada una de estas fuentes puede solaparse, y su importancia depende de la ocasión. Drucker sabía que esta sistematización era crucial porque el camino hacia la innovación no es lineal, sino que requiere toda la estructura de apoyo posible. A diferencia de la visión romántica de que la innovación es el resultado de un genio solitario con una chispa de creatividad, los cambios son el resultado del trabajo colectivo, la investigación, el ensayo y el error y, sobre todo, una actitud ante la vida.

También es bueno tener en cuenta que la mayoría de las innovaciones no son espectaculares ni disruptivas: las pequeñas mejoras también pueden tener un impacto positivo. Especialmente si se buscan en sectores en los que la empresa ya tiene ventajas competitivas y áreas de especialización. Se trata de situaciones en las que la eficiencia puede servir rápidamente a la innovación, solo hay que encontrar un punto de equilibrio entre el corto y el largo plazo.

La época de la innovación y de los balances

Por supuesto, todo eso es más fácil decirlo que hacerlo. Un estudio reciente de BCG, realizado con más de 1000 altos ejecutivos de todo el mundo, «Los sistemas de innovación necesitan un reinicio», señala que el 83 % de las empresas consideran la innovación como una de sus tres principales prioridades, pero solo el 3 % están preparadas para esta tarea. Además, el 48 % considera que su organización ha realizado esfuerzos para alinear las estrategias empresariales y de innovación, pero solo el 12 % afirma haber logrado un impacto real.

Esta alineación de las estrategias de innovación con los objetivos de la empresa también implica comprender los deseos y necesidades de sus clientes y el panorama regional y global. Solo así es posible frenar la urgencia de los directivos por la eficiencia y la falta de comprensión del potencial de un proyecto. Sin olvidar que el momento de la innovación rara vez coincide con el de los balances de la empresa.

El informe de BCG presenta el caso del gigante indio Tata, del sector automovilístico y de semiconductores. Con 120 000 millones de dólares estadounidenses en el bolsillo para inversiones hasta 2027, el director ejecutivo Natarajan Chandrasekaran tiene una visión clara sobre el equilibrio entre el presente y el futuro: cada división de la empresa debe mediar en una cartera de innovación con proyectos que ofrezcan beneficios inmediatos y apuestas atractivas a largo plazo. Y todo ello con un enfoque claro, según el director ejecutivo: «Algunas apuestas son para nosotros, otras no».

Lo que me lleva de vuelta a Drucker. Su enfoque sistemático de la innovación hace que las empresas sean conscientes de la importancia de mejorar los procesos (menores costes, mayores beneficios) y crear nuevos negocios. También es esencial que la cultura de la empresa fomente verdaderamente la búsqueda constante de lo nuevo. Considerar el cambio como algo contrario al orden natural de las cosas es el primer paso hacia la fosilización y, en este caso, aunque la primera víctima puede ser la innovación, en poco tiempo esta actitud también sofocará la eficiencia.

Preguntas clave sobre innovación y eficiencia

¿Por qué las empresas tienen dificultades para fomentar la innovación a pesar de proclamarla como uno de sus valores fundamentales?

Muchas organizaciones dan prioridad a la eficiencia inmediata, basándose en métodos probados. Esto suele dar lugar a procesos rígidos que, sin quererlo, frenan la creatividad y desalientan la asunción de riesgos necesaria para la innovación.

¿Existe un conflicto entre la eficiencia y la innovación en los negocios?

No, la eficiencia y la innovación están interrelacionadas. Si bien la eficiencia puede favorecer la innovación, centrarse excesivamente en ella puede crear entornos resistentes al cambio. La clave está en encontrar un equilibrio que permita que ambas prosperen.

¿Qué es la innovación sistemática y por qué es importante?

La innovación sistemática es un enfoque deliberado y estructurado para buscar el cambio, tal y como lo describe Peter Drucker. Implica identificar oportunidades a partir de acontecimientos inesperados, necesidades de procesos, cambios en el mercado y nuevos conocimientos, en lugar de esperar a que llegue la inspiración de forma aleatoria.

¿La mayoría de las innovaciones tienen que ser disruptivas para causar impacto?

En absoluto. Las innovaciones más significativas son mejoras incrementales en áreas en las que una empresa ya destaca. Los cambios pequeños y continuos pueden dar lugar a resultados positivos significativos, especialmente cuando se alinean con las fortalezas fundamentales.

¿A qué retos se enfrentan las empresas a la hora de alinear la innovación con los objetivos empresariales?

Las empresas suelen tener dificultades para sincronizar sus estrategias de innovación con objetivos más amplios. Aunque muchas reconocen que la innovación es una prioridad, pocas logran un impacto real debido a la falta de alineación, la ausencia de estructuras de apoyo y el desajuste entre el ritmo de la innovación y los ciclos económicos.

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